Por: Tatiana Cuqui/
Cuando pensamos en bienestar, solemos enfocarnos en mover el cuerpo, alimentarnos mejor o cuidar nuestro descanso. Sin embargo, también existe una dimensión más sutil: la energía que nos rodea y cómo influye en nuestro equilibrio. Aquí es donde aparece el Reiki.
¿Qué es el Reiki?
El Reiki es una terapia energética de origen japonés cuyo nombre significa “energía vital universal”. Parte de la idea de que todos contamos con una energía que fluye a través nuestro y que, cuando se bloquea o se estanca, puede generar malestar físico, emocional o mental.
A través de la técnica de imposición de manos, el Reiki ayuda a armonizar y potenciar ese flujo de energía, favoreciendo un estado de calma, claridad y bienestar integral.
Beneficios del Reiki
Cada experiencia es única, pero quienes reciben Reiki suelen notar:
- Reducción del estrés y la ansiedad.
- Mayor sensación de calma y claridad mental.
- Mejor calidad del sueño.
- Acompañamiento en procesos emocionales o cambios importantes.
- Apoyo al sistema inmunológico y a la recuperación física.
El Reiki no reemplaza a la medicina, pero sí puede convertirse en un gran complemento dentro de cualquier camino de cuidado personal.
¿Cómo integrarlo en la vida cotidiana?
No hace falta esperar a una sesión para empezar a conectar con esta energía. Todos tenemos la capacidad de escucharnos y generar momentos de equilibrio en nuestro día a día. Algunas prácticas simples que podés incorporar son:
- Respiración consciente: dedicar unos minutos a inhalar profundo y exhalar lento armoniza la energía. Una buena opción es acompañarlo con música relajante y practicar la técnica 4-4-4: inhalar en 4 segundos, sostener 4 y exhalar en 4. Repetir de 10 a 12 veces genera calma y claridad.
- Iniciación en Reiki: a través de una breve formación en el nivel 1 de Reiki Usui, podés aprender la técnica para aplicarla en vos y en otras personas, integrando esta herramienta a tu vida cotidiana.
- Auto-Reiki: todos tenemos el poder y la energía en nuestras manos para encontrar equilibrio. Con una simple imposición de manos sobre la cabeza, el corazón o el estómago, podemos visualizar una luz que ingresa por la coronilla y recorre todo el cuerpo. Esta práctica ayuda a llenarnos de calma, serenidad y equilibrio emocional.
- Espacios energéticamente limpios: ventilar los ambientes, aprovechar la luz natural y sumar aromas agradables ayuda a que la energía fluya mejor.
- Intención positiva: antes de dormir, al iniciar una actividad o al compartir con otros, una simple intención amorosa puede transformar la forma en que vivimos ese momento.
Un camino de conexión personal
Más que una técnica, el Reiki es una invitación a escucharnos, a estar presentes y a recordar que también somos energía. Integrarlo en lo cotidiano es regalarnos pequeños instantes de calma que, con el tiempo, se traducen en equilibrio, vitalidad y mayor bienestar.
Si querés conocer más sobre Reiki y otras terapias energéticas, seguí a @AromaReiki_ en Instagram. Y si sentís que es momento de vivir la experiencia, podés reservar tu sesión y empezar a conectar con tu energía vital de una manera amorosa y profunda.

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